domingo, 14 de diciembre de 2008

Josefina Carabias: homenaje a una pionera

Basta echar un vistazo por las aulas de donde se imparte la titulación de Periodismo para darse cuenta de un dato: la mayoría del alumnado son mujeres. Tiempo atrás, ésta profesión se consideró un oficio de hombres. Más aún ámbitos del periodismo como las corresponsalías de guerra. Aunque hoy las tornas han cambiado y es fácil encontrar a mujeres como Mercedes Gallego o Ángela Rodicio cubriendo conflictos, lo cierto es que hubo una época donde era casi imposible que una mujer acudiese a una contienda bélica para explicar al resto del mundo lo que allí sucedía.

Pero como en todos los ámbitos de la vida siempre ha habido mujeres que han roto con lo establecido. Mujeres que contra todo pronóstico se han abierto un hueco en mundos dominados por el hombre. Uno de ellos ha sido el de la corresponsalía de guerra. Josefina Carabias fue la primera mujer corresponsal de guerra española. No son pocos los que aseguran que se trata de una de las figuras más importantes del periodismo español. Asistió en primera persona a los acontecimientos que tuvieron lugar en el Washington de los años cincuenta y sesenta y también en el París de esa época. Una adelantada de su tiempo, una pionera que cubrió los grandes movimientos de los derechos civiles como el feminismo o la independencia de las antiguas colonias europeas.

Estamos acostumbrados a homenajear y nombrar a periodistas famosos, escritores famosos, pintores famosos, pero… ¿qué pasa con las mujeres? Muchos hacen suya esa máxima de que “detrás de un hombre siempre ha habido una gran mujer”. Ya es hora, por tanto, de alabar el trabajo de tantas y tantas mujeres que murieron sin que su gran legado y obra se reconociese.
Es por ello que la Cátedra Josefina Carabias de la Universidad Carlos III de Madrid celebró la pasada semana el “I Congreso Mujer y Periodismo”. Un evento que tuvo, entre sus muchas finalidades, homenajear a esta periodista española.


Pero no sólo era este el objetivo del Congreso. Además se pretendía debatir sobre el papel de la mujer en el periodismo actual en diferentes vertientes:
  • “los cambios que se han podido producir gracias a la llegada de las mujeres a los puestos directivos de los medios
  • “Los motivos de su ausencia de protagonismo en la información
  • “La minimización que se produce en la consideración de la mujer como fuente de información tanto en temas generales como en aquellos que afectan a la información del género
  • “El reto de futuro ante los problemas aún muy latentes de la condición femenina, etc.”
Y es que hacen falta estudios que pongan este tema sobre la mesa para fomentar el debate y determinar cuáles han sido las causas que han ocultado el papel de la mujer durante tanto tiempo. Estudios como el elaborado por el grupo PASSET (Periodismo y Análisis Social: Evolución, Efectos y Tendencias) que arroja algo de luz sobre la presencia de la mujer en el ámbito informativo español. La principal conclusión que se extrae de él que es la mujer pocas veces es protagonista de la información periodística. Además, apenas es visible como fuente informativa.


Unos datos que más o menos se intuían. Sin embargo, la presencia de estos estudios es vital para hacer ver que esta realidad no es una simple reivindicación feminista sino que está probada científicamente.
Pese a todo, las mujeres siguen encontrando más dificultades que los hombres, sobre todo en ámbitos tradicionalmente masculinos como la corresponsalía de guerra. Como ejemplo un libro: “Acabar con el Personaje” de Ángela Rodicio. Esta periodista de TVE cubrió el conflicto de Irak en 2003. Sintió la humillación de algunos de sus compañeros sólo por un motivo: por ser mujer.
Periodistas de la talla de Iñaki Gabilondo asistieron al Congreso. Aquí puede ver su intervención:
Isabel Barrena Ceborro

lunes, 8 de diciembre de 2008

¿Derecho o peligro? La venta de armas en los Estados Unidos


En 1992, un profesor y dos alumnos fueron asesinados en un colegio de secundaria de California. Corría el año 1997 cuando un joven de diecisiete años mataba a su novia y a una compañera en un colegio de enseñanza superior del Estado de Missisipi. Otra matanza aun más famosa fue la del 20 de Abril de 1999 cuando dos estudiantes de diecisiete y dieciocho años, armados con un fusil de asalto, dos escopetas y un revólver, mataron a trece personas en la escuela de Columbine en Colorado.

El suceso de estas características más terrible de la historia de los EEUU sucedió el 16 de Abril de 2007 en la Universidad de Virginia. Seung-Hui Cho se lió a tiros contra sus compañeros, con dos pistolas de nueve milímetros, y sin ningún motivo racional.


Todos estos muertos por armas de fuego, que se van sumando poco a poco en las listas negras del país más poderoso del mundo, hacen cuestionarse una vez más por qué se siguen vendiendo armas libremente en EEUU. Existen diversas opiniones y explicaciones al respecto. Unos creen que la regulación de la venta de armas sería la solución más eficaz; otros están convencidos de la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, donde se reconoce el derecho de todos los ciudadanos a poseer armas. Hay para todos los gustos.




Al año, 32.000 personas mueren por armas de fuego: 13.000 de estas muertes son por asesinato, y 1.600 de estos homicidios son realizados por niños. Es evidente, por tanto, que este derecho más que proteger al ciudadano lo expone al peligro. Pero, aunque habitualmente no aparezca de forma explícita en las argumentaciones públicas, existe una gran verdad oculta: el poder económico y político está detrás de todo esto.

Ya se sabe, el dinero es el gran poderoso. La Asociación Nacional del Rifle, la organización de derechos civiles más antigua de EEUU como ellos mismos se definen, es uno de los grupos económicos más poderosos.


Pero el dinero no es la única fuerza. La política influye, y mucho, aunque siempre ligada al dorado. No existe ninguna propuesta, ni de un lado ni de otro, que apueste verdaderamente por una reglamentación fuerte de la venta de armas. Barack Obama ha propuesto en los últimos años similares medidas de control que contemplan la aplicación de licencias de armas con identificación fotográfica del titular, que no existen actualmente, así como un registro de las ventas de armas en el país. Sin embargo, nadie ha sido tan valiente como para meter la mano en la Segunda Enmienda. No se espera mucho, en este sentido, de la legislatura que enfrenta Obama a partir de enero.

Mientras, en el Partido Republicano, tradicionalmente pro armas, se está viviendo un debate silencioso; pero, nadie quiere levantar la voz contra el programa electoral que más dinero les está dando.

Es de prever que todavía falta mucho tiempo para que los EEUU se planteen una reforma legal respecto a las armas. Por ahora, jóvenes con instintos asesinos siguen comprando armas. Lo único que se les exige es tener dieciocho años si lo que quieren es adquirir rifles o armas largas, y veintiuno si desean armas de mano. También se les pide que rellenen un formulario. Lo demás es cosa suya; de momento, a nadie se le ha ocurrido o se ha atrevido a ponerles más trabas.
Irene Fernández

martes, 2 de diciembre de 2008

Nanotecnología: buscar la ciencia en lo pequeño



“Raro será el aparato que no contenga en un futuro algún elemento nano”, afirma Antonio García-Martín, científico especialista en modelos teóricos de sistemas ópticos. Sí, suena a chino. ¿Qué es un nano? ¿Qué es la nanociencia? ¿Y la nanotecnología? Los científicos afirman que existe un gran futuro en estos ámbitos de investigación; pero, ¿se conoce el significado de todo esto?

La nanociencia es un área científica que se ocupa del estudio de los materiales de muy pequeñas dimensiones. En los años 80, la aparición de la Microscopía Túnel de Barrido (STM) o de Fuerza Atómica (AFM) hizo posible observar los materiales a escala atómica y, después, manipular átomos individuales. Así nació esta nueva disciplina a la que hoy se augura un futuro muy prometedor.

Esa dimensión tan pequeña de la que se habla es el nano, que es la milmillonésima parte de un metro. Un átomo es la quinta parte de esa medida, cinco átomos puestos en línea suman un nanómetro. Es decir, la nanociencia es aquella que se ocupa del estudio de las propiedades de los objetos cuyo tamaño oscila entre cientos y décimas de nanómetros. Mientras, la nanotecnología se ocupa de la aplicación práctica de todas esas propiedades.

La siguiente cuestión es qué es lo que esconde algo tan diminuto como un nano para que su estudio sea tan determinante. Emilio Menéndez Pérez, premio Príncipe de Asturias 1998 de Investigación, explica, “importa estudiar esas dimensiones tan pequeñas ya que los materiales se comportan de una manera muy distinta de la habitual”.

Menéndez propone un ejemplo: el oro. El material dorado, que es muy estable y no reacciona con nada, es, sin embargo, muy reactivo a escala nanométrica. ¿La aplicación práctica? “Se puede usar para activar las reacciones químicas y como catalizador, para sustituir por ejemplo al platino

La medicina, la informática y el deporte son algunas de las disciplinas donde los especialistas creen que la nanociencia tiene mucho que aportar. Hablan de nanopartículas que llegan a zonas minúsculas del cuerpo humano, ordenadores de gran velocidad que concluyen complejos cálculos matemáticos y pelotas que controlan automáticamente la dirección de lanzamiento. No es algo abstracto, no es ficción, la nanociencia ya se está poniendo en marcha.

El campo de estudio es amplísimo. En el imaginario colectivo, se relaciona la nanotecnología con la informática. No todo es lo que parece. La compañía que tiene más patentes en nanotecnología es Loreal, la popular empresa de cosméticos, que cuenta con cerca del doble de patentes que IBM, el gran gigante informático. Y es que ya existen productos de belleza y algunas cremas de sol que tienen, por ejemplo, algunas partículas de óxido de titanio para apantallar la luz ultravioleta.


Hay quien afirma que la nanotecnología será, antes de 2020, el motor de la próxima revolución industrial. Nuestra vida mejorará, de aquí a no más de una década, gracias a esta nueva disciplina. La Fundación OPTI (Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial), que trabaja bajo la protección del Ministerio de Industria, apunta que la nanotecnología será crucial en campos como el transporte, la medicina o el medio ambiente.

El estudio anuncia para 2015 que la nanociencia permitirá reducir el peso de automóviles y aviones en un 30%. En la energía y el medio ambiente, los nanomateriales son claves para la implementación de las pilas de combustible y en el control de la captura y liberación de hidrógeno. Por su lado, la nanobiotecnología permitirá detectar patologías como el cáncer y enfermedades cardiovasculares o neurológicas en su estado más inicial. También regulará la toma de medicamentos mediante la administración continuada e inteligente de las dosis.

El premio Príncipe de Asturias, Emilio Menéndez, señala en este sentido que ya que esta nueva ciencia abarca muchas áreas son múltiples los retos que tiene a medio plazo. Eso sí, es necesario un mayor impulso financiero que garantice el futuro de importantes investigaciones que ya están en marcha. Además, los científicos aseguran que es crucial que la mayoría de la población conozca el potencial de este nuevo campo científico. El estudioso francés Robert Baptist defiende que “la ciencia debe ser atractiva”. Y asegura que si se conoce más, también aumenta el nivel de vida.
La nanociencia tiene mucho que aportar, pero no debemos ser impacientes. "La ciencia es como un arte", señala el profesor norteamericano Ivan K. Schuller y destaca, "es una actividad muy creativa, como el arte o como el teatro. La ciencia es una pasión".

Iñaki Sanjuán